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Indonesia, tierra de dioses

Existe un lugar paradisíaco tan bello que los dioses debieron ocultarlo en medio del océano. Más de 17.000 islas donde perdernos o reencontrarnos con los orígenes del hombre. 400 volcanes activos y una media de tres terremotos al día… Provocaron en su día la mayor explosión volcánica de los últimos 25 millones de años que probablemente extinguió a la mayor parte de la población humana. Y a pesar de todo ello, una tierra fértil y rica, poblada por más de 700 culturas distintas que convergen en una sonrisa inconfundible. Es el cuarto país del mundo en población, el primero en población musulmana, el segundo más bio-diverso del mundo, y uno de los lugares más apetecibles para irse a vivir. Hoy desde el Lejano Este hablamos de Indonesia.

Origen grecolatino

La palabra Indonesia viene del latín indus que significa India y del griego nesos que significa isla.  Marco Polo es el primer europeo del que se tiene constancia que visitara estas islas, llegando desde China. Pero no fue hasta 1.850 cuando el británico James Logan acuñó este nombre. Los europeos llevaban más de 300 años llegando a Indonesia desde el océano Índico. Siempre basados en la creencia de que no eran más que una extensión de la India en forma de archipiélago. Solían referirse al territorio como islas indias. Los holandeses que dominaron la zona durante toda la época colonial, lo llamaba indias orientales. Los nacionalistas nativos, que repudiaban todo lo holandés, decidieron usar el término Indonesia como bandera y hasta hoy.

Los indonesios, ajenos al significado del término, creado por un británico, usan orgullosos el término.

Indonesia tiene un producto interior bruto de 1 billón de US$. Estaría en el puesto 16 del mundo, por encima de países como Holanda, Arabia Saudí o Turquía. ¿Merece la pena que dediquemos un episodio a Indonesia? Sinceramente, creo que sí. En pocos años será uno de los 10 primeros países del mundo en PIB y hablaremos de Indonesia en las noticias al nivel que hoy hablamos de países como Brasil o India.

Casi el 90% de su población es musulmana. Esto es algo que si no habéis leído mucho sobre Indonesia sorprende. Habitualmente imaginamos a los asiáticos, sobre todo más allá de la India como hinduístas o budistas… y como, la isla de Bali, una de las mecas de los Digital Nomads y en general uno de los lugares más turístico del mundo es de mayoría hinduista, muchos turistas que visitan Bali directamente, se van del país con la impresión incorrecta. Es el país con más musulmanes del mundo.

Un idioma muy sencillo

Bahasa Indonesia es el idioma oficial. Es una variante del malayo y es tremendamente sencillo. Sorprendentemente sencillo diría. Un abecedario casi idéntico al español, con una única pronunciación por letra. Sin tonos ni declinaciones, ni conjugaciones verbales ni género… Con un par de videos en Youtube he aprendido algunas palabras para comunicarte en tiendas fácilmente y funciona. Si estáis pensando en aprender un idioma exótico, que os pueda servir durante vuestras vacaciones, que no os cueste un esfuerzo titánico tipo chino o árabe y que vaya a ser un idioma con futuro hablado por una gran mayoría de habitantes del mundo, que pueda ser interesante más adelante a nivel negocios… ésta es mi apuesta.

Recordad que además de Indonesia se habla en Malasia con ligeras variaciones. Además, por su sencillez y su uso masivo en la región, estoy seguro que muchos otros países en la zona lo adoptarán como segunda lengua a medio plazo. En cualquier caso, no es para nada necesario. En las zonas que un extranjero pueda habitualmente visitar, te entiendes muy fácilmente con inglés más gestos.

Y es verdad que quizá no soy objetivo y después del chino cualquier idioma parece sencillo, pero realmente os lo aseguro. Con un par de lecciones básicas podéis salir a la calle y comunicaros. Como no lo haríais en prácticamente ningún otro país asiático.

A parte en Indonesia hay más de 700 idiomas. El bahasa Indonesia, bahasa esencialmente significa idioma, es el pegamento que une a todos estos grupos, aunque muchos de ellos lo aprenden después de su idioma local. Algo equivalente a lo que pasó en su día con el mandarín en China.

Una curiosidad, Indonesia comparte bandera con Mónaco. No se me ocurren dos países más opuestos en territorio, población, cultura, sistema político… ¡Impuestos! Curiosidades del destino, como digo, tienen prácticamente la misma bandera.

Estoy grabando este podcast desde la isla de Lombok. Una isla al este de Bali, que es posiblemente el lugar más conocido de toda Indonesia. En el centro del país, 8 grados por debajo del Ecuador, no muy lejos ya de Timor Oriental. Pero como poca gente conoce este lugar, es una de esas perlas de Asia por descubrir todavía. Me voy a centrar en hablar sobre todo de Bali y de Jakarta.

Bali

Bali es una isla extraordinaria. Destino vacacional prácticamente para todos los públicos y con gentes de todo el planeta. Aunque encontraremos sobre todo australianos, por razones obvias. Quizá por lo único que no elegiría Bali: sus playas. Todas las veces que he ido buscando arena he acabado decepcionado. Y, aunque me pasa también con algunas playas famosas de Tailandia, al menos allí, buscando, encuentras rincones incomparables. En Indonesia, cuesta mucho más… especialmente en Bali.

Pero Bali tiene mil encantos más allá de sus playas. Templos para aburrir. Rasgos tribales que te arrastran a descubrir más y más. Una cultura local única que, como os decía, al ser hinduístas difiere enormemente del resto de Indonesia, con ceremonias, rituales y muchísimos eventos únicos, que ya sea porque se ha ido transmitiendo de generación en generación o porque han visto en el turismo su fuente de ingresos principal… el caso es que se mantiene una llama única.

Bali es un paraíso que tiene algo diferente reservado para cada viajero. Estoy seguro que si preguntara a 10 turistas que es lo mejor de Bali… obtendría 10 respuestas diferentes. De hecho, cada vez que pienso que ya no voy a regresar… alguien me habla de un detalle que dices: «noooooo, tengo que volver». Ese sentimiento de tener una película favorita que has visto mil veces y de repente alguien te cuenta un detalle que pasó siempre desapercibido para ti…

Además, yo, que empecé en los negocios en el mundo de la artesanía y productos étnicos… Bali es una de las mecas sino la meca de todo artesano. Es alucinante la cantidad de creatividad por m2 que hay en esa isla. Unido a que desde hace ya décadas ha sido lugar de destino permanente de artistas de todo el mundo. Ahora es uno de los santuarios del mundo para Digital Nomads, diseñadores, surfistas, amantes del yoga, veganos, animalistas, … en fin, un mix interesante de creatividad que no deja a nadie indiferente.

Igual que sucede con Chiang Mai, Phnom Penh, Saigon u otros centros de millennials inquietos, cuando desembarcas en el sureste asiático no es para quedarte perenne. Habitualmente, se usa como punto de partida para explorar la región. Bali cuenta con un aeropuerto internacional y conexiones por mar para explorar hasta aburrirte. Recordad que de las más de 17.000 islas que hay en Indonesia más de 6.000 están deshabitadas.

Bali es conocida como la tierra de los dioses. Y la calma y serenidad que encuentras te hace pensar, que si hubo en algún momento una morada desde donde los dioses observaban al resto de seres, debió ser probablemente Bali.

Yakarta

Y del cielo al infierno. La otra cara de la moneda sería Yakarta. Una de las peores ciudades del mundo donde he estado. Obviamente, bajo mi punto de vista. Gris, contaminada, colapsada y lo peor para mí y mi forma de vivir las ciudades… Intransitable. Y pese a lo intransitable que resulta… quiero pasar por aquí porque este al final no es un podcast para turistas o no sólo para turistas sino sobre todo para viajeros. Y para aquellos sin rumbo fijo, aquellos que quizá busquen trabajo aquí, emprendedores o personas que vayan a lidiar con Indonesia en más que unas vacaciones. Jakarta tarde o temprano va a aparecer en su agenda.

Jakarta no sólo es la ciudad más grande de todo el sureste asiático. Su zona metropolitana, es decir, las ciudades que tiene pegadas la convierten en la segunda aglomeración urbana más grande del mundo, tras Tokio. En 2030 está calculado que se convertirá ya en la ciudad más grande del mundo… Y al contrario de lo que sucede con países donde la capital tiene uno o varios contrapesos… Indonesia es Jakarta y prácticamente sólo Jakarta.

Es el centro por donde pasa absolutamente todo a nivel negocios y su necesidad histórica… Y su inevitable rivalidad con sus vecinas Singapore y Kuala Lumpur la empuja a acapararlo todo todavía más si cabe. Es cierto, que la arquitectura del país que es básicamente un archipiélago. Hace que cada isla tenga su mini-capital. Pero al final los negocios, la política y las decisiones fundamentales se toman desde Jakarta.

Pensemos que son 270 millones de habitantes, el cuarto país del mundo. Con un crecimiento por encima de 5% anual y con todo el poder concentrado en una sola urbe. Si cuando me preguntaban en el año 2006  por qué me había ido a vivir a China, solía responder que lo había hecho porque era el lugar donde se iba a escribir la historia de la humanidad en las siguientes décadas… Se me hace imposible pensar en una estrategia empresarial que no cuente con una sede en Jakarta en los próximos años.

Es uno de los países más jóvenes del mundo con una media de 29 años de edad… Un país con una deuda, creo recordar que del 30% del PIB y algunos de los recursos naturales más importantes del planeta.

Os decía que Jakarta es una ciudad odiosa. Porque una cosa es que vaya a ser una ciudad clave en el futuro y otra que nos vaya a gustar tener que venir aquí. Quiero hacer hincapié en el tema de que es intransitable. Una ciudad sin prácticamente aceras. Donde se usa el coche, o el taxi, hasta para ir a 500 metros.

Yo me hago con las ciudades caminándolas. Hace tiempo que dejé de perseguir monumentos… Paseo aleatoriamente para entender la vida cotidiana de los lugareños, la arquitectura de la ciudad, su sistema público de transporte, sus barrios, me pierdo buscando sus cafeterías, que al final son mi lugar de trabajo. Descubro sus mercados y todavía mejor… sus mercados nocturnos, su comida callejera, sus fruterías que son una de mis pasiones en el sureste asiático,… Nada, nada de todo eso existe en Jakarta. Además de ser la ciudad más grande del mundo sin metro, no he visto tampoco autobuses. Es verdad que entre todos mis viajes habré estado allí no más de 30 días… Quizá los haya.

Viviendo en una burbuja

Yo llegué a esta ciudad y perdonad que os cuente la batallita, invitado por el asesor del presidente del gobierno. ¿Eso es mucho? ¿Poco? Nos vinieron a recoger al aeropuerto con coches de policía, motos, que nos escoltaron hasta su palacete… Las motos de policía: llevábamos dos delante y dos detrás; dividían el tráfico para que no tuviéramos que parar en ningún momento. En parte me siento fatal, porque veías la ciudad completamente parada y alguien escoltado cruzándola y apartando y amontonando más los coches para crear ese espacio que necesitábamos. Lo más divertido fue cuando, en el aeropuerto, en lugar de pasar los controles de seguridad standard, llegaron varios policías que iban apartando a la gente y yo me aparté con ellos pensando que venía alguien importante… Y uno de los policías me agarró como diciendo, no no, que todo esto es para ti, ¡venimos a recogerte!

En fin, os cuento esto porque en mis primeros viajes fui siempre escoltado. Vivía en la mansión de mi contacto, en un condominio sólo para VIP’s con veintipico personas de servicio, y hasta para ir al baño tenía chófer.

En esa burbuja, resultaba difícil vivir experiencias que puedan servir reales, del día a día, que puedan servir a los demás… Que es básicamente por lo que comparto este podcast. Con lo que en mis últimos viajes a Indonesia, arriesgándome a ofender a mi contacto, que hoy es ya amigo y familia, decidí venir por mi cuenta, alojarme en el centro de la ciudad e intentar descubrir el país de una forma un poquito más realista. Porque a veces confundía la realidad con «mi» realidad… Que siempre estamos a expensas de que nos suceda, pero yo lo había acentuado.

Pues bien, pese a todo descubrí que no estaba viviendo una realidad tan alejada del día a día del ciudadano medio. Además de intransitable, Jakarta es una ciudad impersonal, basada en centros comerciales… Odiosos, ordinarios… La antítesis de lo que quiero conocer cuando viajo.

Hiper-realidades en nuestras vidas

Un viejo amigo, arquitecto, Enrique, oyente fiel de este podcast me explicó una vez el concepto de hiper-realidad en la arquitectura. Y, con mis palabras, era la idea de reproducir espacios fuera de su contexto habitual generando la sensación de estar dentro de nuestra zona de confort concreta que interese ya sea porque de esa manera consumiremos más, si hablamos en un contexto comercial o nos sentiremos cómodos o lo que sea.

Un ejemplo sería los Mcdonalds donde, da igual si nos encontramos en un pueblecito del centro de Pakistán o en Bogotá. Encontraremos esencialmente la misma decoración, más o menos los mismos platos… Hasta el punto que casi podemos pedir sin mirar el menú. La hiper-realidad en su máxima expresión son los aeropuertos, me decía. Da igual donde vayas, si llegas a un aeropuerto sabes como funcionan todos. Terminales, llegadas, salidas, tiendas de souvenirs y marcas de primer nivel, colocadas mientras paseas en tu cinta transportadora, un Starbucks… los mismos carritos anti-ergonómicos, el mismo control de seguridad que no sirve más que para incomodarnos… Pues bien, los centros comerciales en Jakarta son esa hiper-realidad también llevada a su máxima expresión.

Quizá deba ser más empático y deba pensar que están saliendo de la miseria y para ellos, un centro comercial es el lujo personificado. Mármol, elegancia, temperatura exquisita, limpieza absoluta, marcas de primer nivel, cuartos de baño de hotel de 5 estrellas. De hecho, en Jakarta se han convertido en lugar de paseo. Poca gente tiene poder adquisitivo para gastar en ellos más allá de lo que es alimentación, que con la limitada oferta callejera… También se da en los centros comerciales.

Es tan distópico que ya los hoteles posicionan su publicidad en función de qué centro comercial tienen al lado. Lo que en Atenas sería un “estamos a 5 minutos de la Acrópolis” aquí es “hotel a 5 minutos del Grand Indonesia Mall”. 5 minutos, en coche claro, nadie te dice 5 minutos en coche y 15 caminando. Caminar no es una opción.

En la mansión que os comentaba de mi amigo… un día quise salir a la cafetería que estaba literalmente a 10 minutos caminando según Google Maps… ¡No se lo podían creer! Su hijo, de 15 años de edad jamás ha salido caminando del condominio. Cuando les dije la dificultad que sentí al tener que lidiar con el tráfico sin aceras… No tenían ni idea, no habían estado nunca en su propia calle.

Quizá con el coche autoconducido y la reducción de vehículos que supondrá la ciudad mejore y se generen calles peatonales… Pero ahora mismo es una ciudad inviable. Y yo que con mis ideas liberales pienso que el ser humano siempre llega al mejor equilibrio posible individualmente y la planificación gubernamental es innecesaria y necesariamente peor. Me quedo sin argumentos en una ciudad tan caótica y desorganizada como Jakarta.

La economía de Indonesia

Uno de los problemas que fomenta el bajo consumo y una alta economía sumergida es el nivel impositivo del país. No descubrimos nada, a poco que viajes es algo que ves frecuentemente en muchos países. Con uno de los gravámenes más altos de Asia, como siempre con la excusa de la redistribución, se ahoga a la clase media y el rico con Singapore a dos horas de vuelo apenas consume y dirige todas sus empresas desde este paraíso fiscal.

La agricultura, los recursos naturales o el turismo que son las grandes bazas de este país… Se llevan a cabo con unos impuestos fuera de toda lógica, que encarece precios con respecto a sus países competidores, la maquinaria necesaria para modernizar estos sectores llega con precios inaccesibles y la poca competitividad se resuelve con sueldos extremadamente bajos.

No sólo hay una parte de la población que queda excluida del producto regulado y se nutre de desperdicios sino que el proteccionismo permite la subsistencia de productos locales que morirían en un segundo en un mercado en competencia pero que gracias a no tener que competir se siguen produciendo por lamentables que sean.

¿Qué pasa con los chinos indonesios?

Comentaba en el episodio de la guerra tarifaria que el 1% de los indonesios son originariamente de raza china. El problema es que son el 1% más rico. Las fuentes dan datos muy dispares pero se considera que 3/4 partes de la riqueza de Indonesia está en manos chinas. Y esto se visualiza todavía más en la capital donde todas mis reuniones he tenido que lidiar con indonesios chinos. Esto ha generado históricamente un sentimiento hostil hacia ellos que cristalizó en un genocidio durante el mandato de Suharto y se ha ido repitiendo en varios momentos más, el último en la crisis asiática de los 90.

De hecho, cuando le preguntaba a mi amigo por qué viven en este condominio alejado del centro, con muros y vigilancia que lo asemejan más a una prisión que a un palacete… Te explica que lo hacen por miedo. Que esperan una matanza de chinos en cualquier momento… Y allí se sienten protegidos.

Nacionalistas, islamistas y comunistas

La política en Indonesia se ha dividido tradicionalmente en tres grandes grupos, nacionalistas, islamistas y comunistas. Sólo con esta descripción ya imaginaréis que todos han encontrado fácilmente razones para odiar a los chinos y estos han ido sobreviviendo con más o menos fortuna sin considerarse jamás 100% indonesios, independientemente de la cantidad de generaciones de parientes que hayan nacido ya en suelo indonesio.

Más datos sobre economía, el ahorro es muy alto, del 31% sobre el PIB, en España por ejemplo es de un 19%… Esto que en cualquier país sería una bendición, aquí resulta un problema ya que por el nivel de precios es más una reacción ante productos de baja calidad extremadamente caros que en sí una mentalidad ahorradora que coloque ese capital en forma de inversión.

Como resumen en este mini-apartado económico, con una deuda del 30% del PIB, una población joven cada vez más educada, un país con unas cuotas de crecimiento por encima del 5%… Unos recursos naturales incomparables y una posición geo-estratégica única. Bajo mi punto de vista, es un país con un futuro sensacional. Muchas veces, cuando discuto con occidentales sobre si China sí, China no, sobre si realmente la forma de hacer las cosas de los chinos puede auparlos al primer puesto de la economía mundial o no… Si Europa es viable o no, que para mí no lo es…

Muchas veces mi argumento es, que no es China, es lo que viene detrás. Que antes se decía… Cuando venga India, pero es que ni siquiera es sólo India, es como digo, todo lo que viene detrás.

Gobiernos que no cambiaron en reloj de siglo

Si te estás planteando Indonesia como destino quizá el único problema y, para mí es clave, es el tema del visado. Incomprensiblemente, el mundo se mueve a una velocidad y los políticos a otra. Y como se sigue pensando en el turista tradicional con un mes de vacaciones como máximo, la mayoría de los digital nomads acaban bastante frustrados con el tema visado en Indonesia y acaban prefiriendo otros destinos como Malaysia o Cambodia. Lo primero que sorprende, en el siglo XXI es que te pidan billete de salida, pero bueno, quizá nos lo merecemos por lo mal que tratamos nosotros a los inmigrantes.

Cuando tienes una vida nómada te dedicas a viajar sin rumbo fijo, destinos fijos y lo que es más importante fechas fijas. No te vas de un lugar cuando se te acaban tus vacaciones, te vas de un lugar cuando te aburres, encuentras otro mejor o más fácil todavía… ¡Cuando te apetece! No tener billete de vuelta me han supuesto 35$ oficialmente para pagar un visado de llegada, que al final fueron 40 y tantos porque la chica del banco te la cuela con el tipo de cambio y lo tomas o lo dejas. Como digo, con un billete de vuelta, te lo ahorras.

En cualquier caso, hay limitaciones para ampliar ese visado a 2 meses… No más. Algo que resulta del todo insuficiente. Es una pena porque no es lo mismo viajar de forma libre, que con una fecha y un aeropuerto previamente fijado en tu recorrido.

Tanto para ver…

Pero no quiero despedir el episodio con mal sabor de boca, además de Bali que es un destino inolvidable, no dejéis de visitar Lombok, una isla que estoy disfrutando como un niño: playas, aquí sí de arena blanca o incluso rosa espectaculares, con un volcán en cuyo interior hay un lago y en cuyo interior hay otro volcán! Alucinante! Terrenos para comprar al ladito del mar con atardeceres de película y un montón de oportunidades de negocio para emprendedores con poco capital.

Además, ya está aprobada la construcción del próximo circuito de Moto GP que pretende obtener Indonesia. Y para los que no quieran un «too long shot” un tiro demasiado largo, esperando una rentabilidad que quizá nunca se llegue a dar… ¡A Bali! Sigue siendo un destino top que hay que visitar sí o sí. Uno o dos meses de visado puede ser más que suficiente si no vamos a ponernos a explorar islas vírgenes y todavía nos falta sureste asiático que visitar.

En Indonesia encontrarás gente maravillosa, precios bastante asequibles, según de donde vengas claro, una gastronomía muy variada, un entorno multicultural enriquecedor con gente que te sonríe todos los días, un clima idílico y un montón de oportunidades para estudiar, trabajar, hacer negocios… En fin, está lejos sí, pero si no os he convencido ya…

Os dejo con un proverbio Indonesio:

«No existen atajos para llegar a algún lugar que merezca realmente ser visitado».

Tidak ada jalan pintas untuk setiap tempat yang layak dikunjungi.

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